martes, 11 de octubre de 2016

Proverbios  7-11
1-(Pr 7:1, 2).  Dios ha dado tanto a los  padres  la responsabilidad de enseñar a sus hijos las normas divinas sobre lo bueno y lo malo. Moisés exhortó al cabeza de familia: “Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6, 7). Y a los varones escribió el apóstol Pablo: “ sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efesios 6:4). No cabe duda de que entre las instrucciones paternas que se han de valorar muchísimo figuran los recordatorios, los mandamientos y las leyes que se hallan en la Palabra de Dios, la Biblia.
  La enseñanza de ambos padres también puede incluir otras disposiciones: las reglas de la familia, que se establecen para el bien de sus miembros. Es cierto que tales reglas varían, dependiendo de las necesidades de cada familia. Y son los dos progenitores quienes deben decidir lo que es más provechoso para su propia familia. Además, sus normas por lo general serán una expresión de verdadero amor e interés. El consejo que reciben los jóvenes es acatar esas reglas así como las enseñanzas bíblicas que les impartan sus padres. Es muy necesario que traten estas instrucciones como a ‘la niña de los ojos’, es decir, que las guarden con sumo cuidado. Así evitarán el efecto mortífero de pasar por alto las normas de Jehová, y ‘continuarán viviendo’.

2-(Pr 7:3.) “Átalos [mis mandamientos] sobre tus dedos —pasa a decir Salomón—, y escríbelos sobre la tabla de tu corazón.”  Los dedos siempre están a la vista y son imprescindibles para realizar lo que nos proponemos. De igual modo, en todo lo que hagamos siempre debemos tener presente el recordatorio y la guía de las lecciones que aprendimos cuando nos criaron según las Escrituras o cuando adquirimos el conocimiento bíblico. Debemos grabar tales mandamientos en la tabla del corazón, o incorporarlos a nuestra forma de ser.

3-(Pr 7:4) . ¿Qué es la sabiduría?  Sabiduría es la capacidad de aplicar bien el conocimiento divino. Hemos de sentir por ella el mismo afecto que por una hermana querida.    ¿Qué es el entendimiento? Es la capacidad de analizar un asunto y captar su significado al percibir la relación que guardan sus elementos entre sí y con el todo. El entendimiento debe ser algo tan cercano a nosotros como un amigo íntimo.

4 (Pr 7:5.) ¿Por qué debemos sujetarnos a la enseñanza bíblica y familiarizarnos íntimamente con la sabiduría y el entendimiento? Dicho proceder nos protegerá de los caminos melosos y persuasivos de una persona extraña, es decir, inmoral.

5-(Pr 7:6-12) La ventana por la que mira Salomón tiene una celosía, al parecer un enrejado de listones de madera que a veces tiene complejos calados. Al ir pasando la luz crepuscular, la oscuridad nocturna invade las calles. El rey observa a un joven muy vulnerable que, como no tiene discernimiento es decir, buen juicio, es falto de corazón (sin experiencia). Seguramente sabe la clase de vecindario en que ha entrado y a qué se expone. Pero con todo, se acerca a “la esquina de [una mujer]”, que queda de camino a la casa de ella. ¿Quién es esta mujer? ¿Cuáles son sus intenciones?
     La manera como viste esta mujer dice mucho de ella. Lleva ropa inmodesta, propia de una prostituta. Además, es astuta de corazón, (o sea, es de “corazón falso”) y tiene “solapadas intenciones”. Es alborotadora y terca, habladora y obstinada, bulliciosa y voluntariosa, descarada y desafiante. En vez de quedarse en casa, prefiere estar en los lugares públicos y en las esquinas de las calles, al acecho de una víctima.

6-(Pr 7:13-15). Los labios de esta mujer son melosos. Adopta un rostro descarado y se expresa con confianza. Todo lo que dice está fríamente calculado para seducir al joven. Finge ser justa al afirmar que ha ofrecido sacrificios de comunión ese mismo día y que ha pagado sus votos, con lo que insinúa que no carece de espiritualidad. Los sacrificios de comunión que se ofrecían en el templo consistían en carne, harina, aceite y vino.  Así da a entender que hay mucho que comer y beber en su casa, puesto que la persona que hacía tales ofrendas podía tomar parte del sacrificio de comunión para su familia y para sí. Está claro lo que quiere indicar: que el chico pasará un buen rato allí. Ella había salido de casa expresamente a buscarlo. Hay que ser muy crédulo para tragarse un cuento tan tierno. Un biblista dijo: “Es cierto que buscaba a alguien, pero ¿de verdad salió a buscarlo a él en particular? Solo se lo creería un tonto, quizás como este.”

 7-(Pr 7:16, 17) Después de haberlo atraído apelando a la vista con su vestimenta; al oído, con sus halagos; al tacto, con un abrazo, y al gusto, con el sabor de sus labios, la seductora recurre al sentido del olfato. Dice de manera que ha arreglado su cama con lino de Egipto de vivos colores y la ha perfumado con fragancias selectas de mirra, áloes y canela.

8-(Pr 7:18-21). Ven, saciémonos bebiendo del amor hasta la mañana; sí, gocemos el uno del otro con expresiones de amor. La invitación implica mucho más que una agradable cena para dos. Le promete que gozará de relaciones sexuales con ella. Para el joven la invitación suena como una excitante aventura. Para terminar de convencerlo, le garantiza seguridad total, pues su esposo está en un viaje de negocios y no regresará pronto. ¡Con qué habilidad engaña al joven! “Lo ha extraviado con la abundancia de su persuasiva, lo seduce por la suavidad de sus labios ”. Haría falta un hombre del calibre de José para resistir una invitación tan seductora (Génesis 39:9, 12). ¿Tendrá este muchacho la talla moral que se requiere?

9-(Pr 7:21, 22) A los cristianos se les exhorta a que “huyan de la fornicación” (1 Corintios 6:18). El apóstol Pablo escribió lo siguiente a Timoteo, discípulo cristiano joven: “Huye de los deseos que acompañan a la juventud” (2 Timoteo 2:22). Cuando afrontamos situaciones que nos incitan a la fornicación, el adulterio u otros actos contrarios a la moral, debemos escapar de ellas con la misma decisión con que huyó José de la esposa de Potifar.

10-(Pr 7:22, 23.) La invitación le resulta irresistible al joven, que no hace caso al sentido común y va tras la mujer ‘como toro al degüello’. Tal como el hombre que está atado con grilletes no puede escapar de la disciplina, así él es conducido al pecado. No verá el peligro de su proceder hasta que ‘una flecha le abra el hígado’, es decir, hasta que reciba una herida que puede provocarle la muerte. Esta puede ser física, pues se ha expuesto a contraer una enfermedad mortífera de transmisión sexual, pero también puede ser una muerte espiritual; “está envuelta su misma alma”. Todo su ser y toda su vida se han visto muy afectados, y él ha pecado gravemente contra Dios. De esta manera, se apresura a caer en las garras de la muerte tal como un pájaro cae en la trampa.

11-(Pr 9:7, 8a) Las enseñanzas de la sabiduría incluyen corrección y censura, faceta que no siempre son bien recibidas. El burlón alimenta rencor y odio hacia el que trata de ayudarle a enderezar su camino. El malvado no aprecia el valor de la censura. Es imprudente enseñar la maravillosa verdad de la Palabra de Dios al que la odia o pretende burlarse de ella.

12-(Pr 9:10). No puede haber sabiduría piadosa sin un temor reverencial profundo del Dios verdadero. Uno tal vez tenga la mente llena de conocimiento, pero si carece del temor de Jehová, no empleará tal conocimiento de forma que honre al Creador. Tal vez incluso llegue a conclusiones erróneas a partir de hechos conocidos, dando así una apariencia de tonto. Además, el conocimiento de Jehová, el Santísimo, es esencial para obtener entendimiento, una característica notable de la sabiduría.

 13-(Proverbios 9:12). Esforzarce para obtener sabiduría es una responsabilidad personal. Salomón destaca este hecho como sigue: “Si te has hecho sabio, te has hecho sabio a favor de ti mismo; y si te has burlado, lo soportarás, tú solo”. El sabio lo es para su propio beneficio, y la culpa de que el burlón sufra es solo suya. En realidad, uno siega lo que siembra.

14-(Pr 9:16b, 17). En las Escrituras, disfrutar de placer sexual con la esposa amada se compara a beber agua refrescante (Pr 5:15-17). Por ello, las aguas robadas representan relaciones sexuales inmorales mantenidas en secreto. A tales aguas se les hace parecer dulces, mejores que el vino, porque son hurtadas y conllevan la idea de impunidad. El pan clandestino se presenta como más delicioso que el pan y la carne de la sabiduría, precisamente porque se obtiene mediante ganancia injusta. Considerar atractivo lo prohibido y lo secreto es una señal de estupidez.

15-(Pr 10:22). ¿Acaso no nos regocija ver la prosperidad espiritual de los siervos de Jehová? Examinemos algunos aspectos de esa prosperidad y veamos qué importancia tienen para cada uno de nosotros. Si sacamos tiempo para meditar sobre cómo ha bendecido Jehová al “justo [que] anda en su integridad”, nos reafirmaremos en nuestra decisión de seguir sirviendo con gozo a nuestro Padre celestial
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 Tenemos un conocimiento exacto de las doctrinas bíblicas.Nos hemos librado de prácticas y hábitos perjudiciales.Disfrutamos de una vida familiar feliz.Tenemos la garantía de que pronto se solucionarán los problemas del mundo.Conocemos la clave de la verdadera felicidad. Contamos con un importante y eficaz programa de enseñanza.Gozamos de una relación personal con Jehová y del apoyo de una hermandad internacional unida. Abrigamos la esperanza de volver a ver a los seres queridos que han muerto.

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