Salmo 119
1-(Salmo 119:1). El Salmo 119 nos beneficia de varias maneras. Contribuye a que confiemos más en Dios, pues demuestra que quienes “andan en la ley de Jehová” disfrutan de verdadera felicidad.
2-(Salmo 119:83, 86). Los odres —recipientes hechos de piel— se utilizaban en tiempos bíblicos para contener agua, vino y otros líquidos. Cuando no se usaban y se colgaban cerca del fuego en habitaciones sin chimenea, corrían el riesgo de resecarse debido al humo. ¿Nos hemos sentido alguna vez “como un odre en el humo” debido a un ambiente hostil o a las dificultades? En tal caso, confiemos en Jehová y roguémosle: “conforme a tu bondad amorosa consérvame vivo, para que guarde el recordatorio de tu boca”.
3-(Salmo 119:94) La enseñanza divina permite que tengamos una estrecha relación con Jehová. El salmista se denomina vez tras vez siervo de Dios. ¡Qué gran privilegio es servir y alabar a Jehová como uno de sus Testigos! ¿Estamos sirviendo a Jehová con gozo como proclamadores del Reino? Entonces tengamos la seguridad de que Jehová nos seguirá apoyando y bendiciendo en esta labor tan especial si confiamos siempre en su palabra y permitimos que ilumine nuestro camino.
4-(Salmo 119:97-101). La sabiduría, perspicacia y entendimiento que nos brinda la Palabra de Dios nos protegen espiritualmente.
5-(Salmo 119:105). La Palabra de Dios es una lámpara para nuestro pie en el sentido de que nos ayuda a lidiar con los problemas cotidianos. También ilumina nuestra vereda, pues revela lo que Dios se propone hacer en el futuro.
6-(Salmo 119:145-147) Guardar los recordatorios de Dios nos mantiene cerca de él (Salmo 119:145-152). Además, nos permite orarle de todo corazón y tener la confianza de que nos escuchará. Quizá nos despertemos “temprano en el crepúsculo matutino” y clamemos por su ayuda. ¡Qué buen momento para orarle!
7-(Salmo 119:150, 151). Dios también está cerca de nosotros porque rechazamos la conducta relajada y reconocemos que su palabra es la verdad, tal como hizo Jesús. La relación que tenemos con Jehová nos sustenta en este mundo turbulento y nos conducirá a través de su gran guerra de Armagedón.
8- (Salmo 119:160). El salmista nos recuerda que la “sustancia de [la] palabra [de Dios] es verdad”, lo cual debería con toda seguridad acrecentar nuestro agradecimiento por la entera Palabra escrita de Dios.
9-(Salmo 119:164). ¿Qué indica la idea de alabar a Dios “siete veces al día”? En muchas ocasiones, el número 7 denota plenitud. Por consiguiente, el salmista indica que Jehová merece toda la alabanza.
10- (Salmo 119:165). Si individualmente amamos y guardamos la ley de Jehová, no tropezaremos en sentido espiritual por lo que alguien haga o por ningún otro asunto. Jehová no permitirá que quienes confían en él tropiecen en el sentido de que sufran una caída por una dificultad o un paso en falso de la que no puedan recuperarse. Estamos convencidos de que si algo así nos ocurre, él nos “levantará” para que sigamos sirviéndole con toda el alma. Sin duda, esto es un gran consuelo para quienes de veras aman a Jehová. En cambio, los inicuos, o malvados, no quieren recuperarse y ni buscan ni aceptan la ayuda que él les ofrece mediante su espíritu y su pueblo. ¡Qué diferentes son los que aman la ley de Dios!
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