martes, 23 de agosto de 2016
SALMOS 106-109
1-(Sal. 106:1)¿Por qué merece Jehová nuestra gratitud? JEHOVÁ, la fuente de “toda dádiva buena y todo don perfecto”, merece nuestra gratitud (Sant. 1:17). Como Pastor amoroso, cuida de nuestras necesidades físicas y espirituales (Sal. 23:1-3). Ha demostrado ser nuestro “refugio y fuerza”, especialmente en momentos de angustia (Sal. 46:1). Por eso, nos sentimos como el salmista que escribió: “Den gracias a Jehová, porque él es bueno; porque su [amor leal] es hasta tiempo indefinido”, para siempre
2-(Salmo 106:3). En estos días peligrosos e inestables, deleitarnos en la justicia de Jehová nos brinda seguridad y protección. Si vamos tras la justicia divina y nos deleitamos en ella, mantendremos una buena relación con Dios y seguiremos contando con su favor y bendición. Como consecuencia, disfrutaremos de paz interior, y una vida satisfactoria y digna. Además, esforzarnos al máximo por ser justos en todo aspecto se traducirá en relaciones personales felices y una mejor calidad de vida, tanto en sentido moral como espiritual. El salmista indicó: “Felices son los que observan lo justo, que hacen justicia todo el tiempo”
3- (Salmo 106:7).¿Por qué es importante que nos preguntemos si somos agradecidos? Porque, tal como se predijo, en estos últimos días las personas son cada vez más ingratas (2 Tim. 3:2). Muchas no aprecian lo que Jehová ha hecho por ellas.
4-(Salmo 106:11-13).Debido a la influencia del mundo comercial y su publicidad, millones de personas están obsesionadas con conseguir más cosas en lugar de estar contentas con lo que tienen. Y a nosotros nos podría pasar lo mismo. Como les sucedió a los israelitas, podríamos volvernos desagradecidos y dejar de valorar nuestra preciosa amistad con Jehová y las bendiciones que hemos recibido de él.
5-(Salmo 107:23,24) Imagínese las lágrimas que se han derramado por los esposos, padres, hermanos e hijos que han perecido en el mar. Sin embargo, Jehová Dios no olvida a las viudas ni a los huérfanos ni a los que han perdido la vida en el océano. El apóstol Juan se refirió con estas palabras a un impactante suceso futuro: “El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos” (Revelación [Apocalipsis] 20:13). Cuando los que “baja[ron] al mar en las naves” sean resucitados, contemplarán las maravillosas “obras de Jehová”.
6-(Salmo 109:8) ¿Por qué no debe desanimarnos el que unos cuantos se desvíen del camino cristiano? No debemos permitir que nos distraiga ni desanime el hecho de que no todos estén de pie completos y con firme convicción. Algunos fallarán, se desviarán o se darán por vencidos. Los amigos íntimos de Jesús, los apóstoles, vivieron tal experiencia. ¿Aflojaron el paso o se rindieron los demás apóstoles cuando Judas se hizo traidor? Por supuesto que no. Pedro aplicó este Salmo para indicar que otro discípulo ocuparía el lugar de Judas. Se escogió a un sustituto, y los que fueron leales a Dios siguieron llevando a cabo la comisión de predicar (Hechos 1:15-26). Estaban resueltos a estar de pie completos y con firme convicción.
7-(Salmo 107:27-31. La sabiduría del mundo “resulta[rá] confusa” en la batalla de Armagedón, pues no podrá librar a nadie de la destrucción (Revelación [Apocalipsis] 16:14, 16). Solo sobrevivirán y podrán dar “gracias a Jehová por su bondad amorosa” quienes se refugien en él.
8-(Salmo 109:23.) La manera como una sombra cambia de tamaño y finalmente deja de existir como resultado del avance del Sol se utiliza como un símil de la vida corta o pasajera del hombre. El que los días de alguien sean “como una sombra que ha declinado” significa que su muerte está próxima. Aunque las sombras que causa el Sol siempre cambian de tamaño y dirección según la rotación de la Tierra, Jehová es inalterable. Como escribió el discípulo Santiago, “con él no hay la variación del giro de la sombra”. (Snt 1:17.)
La sombra o imagen oscura que un objeto proyecta sobre una superficie no es la realidad, no es el objeto verdadero. Sin embargo, puede dar una idea de la forma general o diseño de esa realidad. A este respecto, Pablo explicó que la Ley, con sus fiestas, su tabernáculo y sus sacrificios, tenía una sombra que representaba cosas mayores por venir. Escribió: “La realidad pertenece al Cristo”. (Col 2:16, 17; Heb 8:5; 9:23-28; 10:1.)
9-(Salmo 109:30,31) Como el soldado empuñaba la espada con la mano derecha, esta no recibía la protección del escudo que sostenía con la izquierda. Jehová se encuentra “a la diestra” de sus siervos, combatiendo por ellos. Así los protege y auxilia, razón por la que hacen bien en “elogiar[lo] [...] en gran manera”.
¿Qué me enseña sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
¿Qué ideas de la lectura bíblica de esta semana pueden servirme en la predicación?
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