Salmos 1-10
1-(Salmo1:1). No debemos buscar la compañía de quienes no aman a Jehová (1 Corintios 15:33).
2-(Salmo1:2). No deberíamos permitir que pase un día sin pensar en cosas espirituales (Mateo 4:4).
3-(Salmo 2:1, 2). ¿Qué “cosa vacía” “han seguido hablando entre dientes” los grupos nacionales de la actualidad? En lugar de aceptar al Ungido de Dios el Mesías, o Cristo, las naciones han meditando, sobre la manera de hacer posible que su autoridad permanezca. Esto también tuvo un cumplimiento en el siglo primero de nuestra era, cuando los dirigentes romanos y judíos conspiraron para matar a Jesucristo, a quien Dios había designado Rey. Pero tambien, su cumplimiento mayor comenzó en 1914, año en que Jesús fue coronado Rey celestial. Desde entonces, ninguna entidad política terrestre ha reconocido al Rey entronizado de Dios.
El proyecto de las naciones es vacío, vano y está condenado al fracaso. Aunque son incapaces de establecer paz y armonía en la Tierra, las naciones persisten en oponerse a la gobernación divina, como lo demuestran sus acciones. De hecho, todas han adoptado una postura beligerante y se han aliado en contra del Altísimo y su Ungido. ¡Qué insensatez!
4-(Salmo 2:3). Las naciones y sus dirigentes rechazan cualquier restricción que Jehová y su Ungido les impongan; pero, de más está decir, será inútil todo intento de romper tales ataduras y soltarse de sus cuerdas.
5-(Salmo 2:4). Dios sigue adelante con su objetivo como si estos gobernantes fueran insignificantes. Se ríe de su insolencia y hace escarnio de ellos. Les permite alardear de sus planes. Para Jehová, son causa de mofa, y él se burla de su vana hostilidad.
6-(Salmo 2:5). Cuando las naciones intentan oponerse al propósito de Jehová, Dios “les hablará en su cólera”, como con el sonido de un terrorífico trueno.En su ardiente desagrado, como con el azote de un gran rayo, “los perturbará”.
7-(Salmo 2:6). El monte Sión era la colina de Jerusalén donde David fue hecho rey sobre todo Israel. Sin embargo, el Rey Mesiánico no se sentará en un trono en esa ciudad ni en ningún lugar del planeta. De hecho, Jehová ya ha instalado a Jesucristo, su Rey Mesiánico elegido, en el monte Sión celestial (Revelación 14:1).
8-(Salmo 2:7). ¿Qué es el “decreto de Jehová”? Es el pacto para un Reino que Jehová ha hecho con su amado Hijo, Jesucristo (Lucas 22:28, 29).Cristo aludió al pacto para el Reino cuando explicó a sus apóstoles: “Ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino” (Lucas 22:28, 29). Jehová reconoció que Jesús era Su Hijo durante su bautismo y al resucitarlo a la vida espiritual (Marcos 1:9-11; Romanos 1:4; Hebreos 1:5; 5:5).
9-(Salmo 2:8). ¿Por qué pide Jesús en herencia a las naciones? Dado que pertenece a la dinastía de David, Jesús posee de manera incuestionable el derecho al trono (2 Samuel 7:4-17; Mateo 1:6, 16). Según el Salmo segundo, Dios le dice a su Hijo: “Pídeme, para que dé naciones por herencia tuya. La posición que ocupa el Rey el propio Hijo de Dios es inferior solo a la de Jehová. Para su Padre, Jesús ha demostrado ser leal y digno de confianza. Además, siendo como es el Primogénito, posee el derecho de herencia. Y es que Jesucristo “es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). Con tan solo solicitarlo, Dios le da “naciones” en herencia y “los cabos de la tierra” en posesión. Jesús formula esta petición porque está encariñado “con los hijos de los hombres” y por su gran deseo de efectuar la voluntad de su Padre celestial tocante a este planeta y la humanidad (Proverbios 8:30, 31).
10- (Salmo 2:9). En vista de que el Salmo segundo tiene su cumplimiento en la actualidad, durante la presencia invisible de Jesucristo, ¿qué les espera a las naciones? El Rey pronto cumplirá con la declaración divina. Los cetros de la antigüedad eran símbolos de autoridad real; algunos de ellos eran de hierro, como el que se menciona en este salmo. La imagen que se emplea indica la facilidad con que Cristo el Rey destruirá a las naciones. Un fuerte golpe con un cetro de hierro rompería en mil pedazos una vasija de barro, haciendo imposible su recuperación.
11-(Salmo 2:10,11). Así se llama la atención a los reyes para que ejerzan perspicacia y reconsideren lo inútiles que son sus planes, a diferencia de lo que el Reino de Dios sí hará en beneficio de la humanidad. Para obtener la aprobación divina, los reyes terrestres han de cambiar su forma de actuar. Se les aconseja que “sirvan a Jehová con temor y estén gozosos con temblor” (Salmo 2:11). ¿Qué sucedería si siguieran el consejo? En vez de estar en tumulto, o confusión, se regocijarían ante las perspectivas que les ofrece el Rey Mesiánico. Los gobernantes de la Tierra tendrían que despojarse del orgullo y la altivez que manifiestan en su gobernación. Es más, tendrían que efectuar cambios inmediatos y ejercer perspicacia, o sensatez, tocante a la inigualable superioridad de la soberanía de Jehová y el poder irresistible de Dios y su Rey Mesiánico.
12-(Salmo 2:12a). Todos han de obedecer los decretos del Señor Soberano Jehová. Cuando Dios colocó a su Hijo en el trono, los gobernantes terrestres deberían haber dejado de hablar “entre dientes una cosa vacía”. Deberían haber aceptado al Rey enseguida, ofreciéndole su total sumisión. ¿Por qué hay que ‘besar al hijo’? Cuando se compuso este salmo, el acto de besar constituía una expresión de amistad, era un gesto común al acoger hospitalariamente a alguien en el hogar. Besar también podía indicar fidelidad (1 Samuel 10:1). En este versículo, Dios manda a las naciones que besen, o acojan, a su Hijo, el Rey ungido.
13-(Salmo 2:12b). Todavía queda tiempo para que más personas hallen seguridad, incluso gobernantes que han apoyado los planes de las naciones. Pueden ampararse en Jehová, quien da protección bajo el dominio del Reino. Pero han de actuar antes que el Reino mesiánico triture a las naciones hostiles.
14-(Salmo 3:2). ¿Qué significa la palabra Sélah? Por lo general se cree que este término marca una pausa para meditar en silencio, ya sea cuando se canta solo o acompañado por instrumentos musicales. Con esta pausa se quería recalcar la idea o el sentimiento que se acababa de expresar. En la lectura pública de los Salmos no hace falta leer este término.
15-(Salmo 4:4). Hacemos bien en refrenar la lengua cuando estamos enfadados o airados para no decir algo de lo que luego nos arrepintamos (Efesios 4:26).
16-(Salmo 4:5). Nuestros sacrificios espirituales pueden considerarse “sacrificios de la justicia” solo si tenemos los motivos correctos y si nuestra conducta está a la altura de las normas de Jehová.
17-(Salmo 6:5). ¿Qué mejor razón habría que esta para querer seguir viviendo? (Salmo 115:17.)
18-(Salmo 9:12). Jehová busca a quienes son culpables de derramamiento de sangre para castigarlos, pero también recuerda el “clamor de los afligidos”.
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