lunes, 25 de abril de 2016

Job 33-37

(Job 33:1, 6.) El consejo de Elihú fue completamente distinto del que dieron los tres compañeros de Job, tanto por su contenido como por la forma de tratar a Job. Llamó a Job por su nombre y le habló como un amigo, no como su juez.

  (Job 33:32.) Elihú encomió enseguida a Job por su derrotero de rectitud y lo alentó. Aparte de que dio su consejo con amabilidad, Elihú tuvo éxito por otras razones. Al haber esperado con paciencia hasta que los demás acabaran de hablar, Elihú pudo comprender mejor la situación antes de dar consejo.

(Job 34:10; 36:7) Elihú, admitiendo que Job fuera justo, ¿lo castigaría Jehová? Exclamó lo citado en el texto.

(Job 35:2, 5.) La justicia de Job no era la cuestión principal. Por eso Elihú le mostró a Job que su punto de vista no era equilibrado.

(Job 37) El consejo bien fundado de Elihú preparó el camino para que Job recibiera más instrucción de Jehová mismo.

(Job 37:14.) Elihú veía los asuntos desde la perspectiva de Jehová. ¿Cómo pueden imitar los cristianos su buen ejemplo? Al igual que Elihú, los superintendentes en particular deben tener empatía y bondad, y recordar que ellos también son imperfectos. Antes de aconsejar es conveniente que escuchen con detenimiento, a fin de conocer los hechos y entender la situación. (Proverbios 18:13.) Además, deben asegurarse de que prevalezca el punto de vista de Jehová usando la Biblia y las publicaciones bíblicas. (Romanos 3:4.) Además de dar a los ancianos estas lecciones prácticas, el libro de Job nos enseña a afrontar los problemas con equilibrio.

(Job 37:24) Tal como las nubes están más altas que nosotros, los caminos de Jehová están más altos que los nuestros. No estamos en condición de juzgar la forma como hace las cosas.

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