Nehemías 9-11
1) Ne 9:1—¿Por qué se vistieron de saco y tierra los israelitas? El que se vistieran de saco —una prenda de vestir de color oscuro hecha de tejidos de pelo de cabra— era una señal de tristeza. De manera similar, el poner tierra o ceniza sobre su cabeza o cuerpo significaba gran lamento o humillación. (1 Samuel 4:12; 2 Samuel 13:19.)
2) Ne. 9:1-4; Dos días después de terminada la fiesta, el 24 de tisri, llegó el momento de que la nación confesara públicamente que había desobedecido la Ley. Ahora no se trataba de un día para comer y festejar. Los israelitas ayunaron y se vistieron con tela áspera en señal de duelo. Por la mañana se volvió a leer la Ley de Dios durante unas tres horas y por la tarde “estuvieron haciendo confesión e inclinándose ante Jehová su Dios” (vea la ilustración 5). Fue entonces cuando los levitas, en nombre de todo el pueblo, le dirigieron a Jehová la memorable oración que mencionamos al principio.
3) Ne. 9:19, 27, 28, 31. De seguro los levitas acostumbraban leer la Ley de Dios, y eso los ayudó a preparar una oración tan significativa. Al principio de la oración se centraron en las obras y cualidades de Jehová. Y luego pasaron a enumerar los muchos pecados de los israelitas, pero destacaron vez tras vez la “abundante misericordia” de Dios y reconocieron sin rodeos que no la merecían. Si copiamos el ejemplo de los levitas y meditamos todos los días en la Palabra de Dios, podemos hacer que nuestras oraciones sean profundas y llenas de significado. De esa manera, permitiremos que Jehová sea el primero en hablar y tendremos más cosas que decirle (Sal. 1:1, 2).
4) Ne 9:32 Los levitas solo le hicieron una humilde petición personal a Jehová. Hacia el final de su oración le pidieron que tuviera en cuenta todos los sufrimientos por los que había pasado la nación: “Y ahora, oh Dios nuestro, el Dios grande, poderoso e inspirador de temor, que guardas el pacto y bondad amorosa, no dejes que toda la penalidad que nos ha hallado a nosotros, a nuestros reyes, a nuestros príncipes y a nuestros sacerdotes y a nuestros profetas y a nuestros antepasados y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día, parezca pequeña delante de ti”. ¿Qué aprendemos de los levitas? Que en nuestras oraciones primero debemos alabar y dar gracias a Jehová y después hacerle nuestras peticiones personales.
5) Ne 9:1-38 En el pueblo de Dios hay un momento y un lugar adecuados para corregir las deficiencias serias. Esdras y Nehemías pensaron que este era el momento apropiado y programaron un día de ayuno el 24 de Tisri. Se leyó de nuevo la Ley de Dios y el pueblo confesó sus pecados. Luego los levitas recordaron la misericordia que Dios le había tenido a su pueblo desviado, alabaron a Jehová con expresiones hermosas y contrataron “un arreglo fidedigno”, autenticado por el sello de los príncipes, levitas y sacerdotes.
6) Ne 9:38 Los judíos lo hicieron para demostrar el reconocimiento doloroso y humilde de sus pecados. Después de esto hicieron un ‘contrato’ de confesión, “un arreglo fidedigno” ). Del mismo modo, humildemente debemos reconocer y confesar nuestros pecados para poder conservar nuestra relación con Dios. (1 Juan 1:6-9.)
7) Ne 10:28-30. El pueblo en general juró cumplir el “arreglo fidedigno” escrito. Estaban dispuestos a “andar en la ley del Dios verdadero”, y acordaron no casarse con los habitantes de “los pueblos del país”.
8) Ne 10:34. ¿Por qué se mandó al pueblo que proporcionara leña? La Ley mosaica no prescribía ofrendas de leña. Esta orden se dio por pura necesidad. Hacía falta mucha leña para quemar los sacrificios en el altar. Al parecer no había suficientes netineos (esclavos no israelitas que servían en el templo), por lo que fue preciso echar suertes a fin de asegurar el suministro continuo de leña.
9) Ne 10:32-39. Decidieron apoyar la adoración verdadera de varias formas Además, los judíos se comprometieron a guardar el sábado, a hacer una contribución económica anual para el apoyo de la adoración verdadera, a proveer leña para el altar de sacrificio, a dar el primogénito de sus rebaños y vacadas para sacrificio y a llevar las primicias del fruto de la tierra a los comedores del templo. Estaba claro que se habían resuelto a ‘no descuidar la casa de su Dios’.
El pueblo de Jehová tampoco debe descuidar hoy su privilegio de ‘rendir servicio sagrado’ en los patios del gran templo espiritual de Jehová (Revelación 7:15). Este servicio incluye las oraciones sinceras y regulares por el progreso de la adoración de Jehová. A fin de vivir en armonía con tales oraciones, debemos prepararnos para las reuniones cristianas y participar en ellas, colaborar en la predicación de las buenas nuevas y ayudar a las personas interesadas volviéndolas a visitar y, si es posible, estudiando la Biblia con ellas. Muchos cristianos que no quieren descuidar la casa de Dios ofrecen donaciones materiales para la obra de predicar y el mantenimiento de los lugares de culto. Quizá también podamos colaborar en la construcción de lugares de reunión que urjan, así como en mantenerlos limpios y arreglados. Un modo importante de demostrar nuestro amor por la casa espiritual de Dios es promoviendo la paz entre los hermanos en la fe y ayudando a los necesitados en sentido material o espiritual (Mateo 24:14; 28:19, 20; Hebreos 13:15, 16).
10) Ne 11:1, 2. Apoyaron de corazón un plan especial relacionado con la adoración verdadera. El “arreglo fidedigno” sellado en los días de Nehemías preparó al pueblo de Dios de tiempos antiguos para el día de la inauguración del muro de Jerusalén. Pero había otro asunto urgente que requería atención. Jerusalén ya tenía un gran muro con doce puertas a su alrededor, pero necesitaba una población mayor. Aunque algunos israelitas vivían allí, “la ciudad era ancha y grande, y había pocas personas dentro de ella” (Nehemías 7:4). Para resolver ese problema, el pueblo echó “suertes para hacer que uno de cada diez entrara a morar en Jerusalén la ciudad santa”. Hubo una respuesta muy favorable y “el pueblo bendijo a todos los hombres que se ofrecieron voluntariamente para morar en Jerusalén”. Este es un excelente ejemplo para los adoradores verdaderos de hoy cuyas circunstancias les permiten mudarse a lugares donde más se necesita la ayuda de cristianos maduros.
11) Ne 11:2. Abandonar la posesión hereditaria para mudarse a Jerusalén suponía gastos y algunas desventajas. Los que se ofrecieron voluntariamente demostraron un espíritu de abnegación. Nosotros también podemos demostrar el mismo espíritu ofreciéndonos para servir cuando se presente la oportunidad, como en las asambleas o en otras ocasiones.
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