1 Crónicas 21 a 25
1-(1 Crónicas 21:1) ¿Quién impulsó a David a realizar un censo de los israelitas? Dios estaba descontento con los israelitas y por ello permitió que Satanás el Diablo les hiciera incurrir en ese pecado. Por esta razón, 2 Samuel 24:1 lo pone como si lo hubiera hecho Dios mismo. Es interesante cómo traduce este versículo la versión Torres Amat: “Encendióse de nuevo el furor del Señor contra Israel; y así permitió para su daño que David mandase hacer el censo de toda la gente de Israel y de Judá”.
2-(1 Crónicas 21:6.) Ante la insistencia de David, Joab hizo el censo, pero a disgusto, pues el informe dice: “A Leví y Benjamín no los inscribió entre ellos, porque la palabra del rey había sido detestable a Joab” (el que no se contase a Leví estaba en armonía con la ley registrada en Números 1:47-49). Es posible que Joab se detuviera antes de registrar a Benjamín o que demorara la inscripción; entre tanto, David recapacitó y la interrumpió antes de que Joab la terminara. Puede ser que Joab evitara contar a Benjamín por no querer provocar a esta tribu, ya que era la tribu de Saúl y había luchado contra el ejército de David mandado por Joab antes de unirse a las otras tribus bajo David.
3-(1 Crónicas 21:10-14.) El juicio de Jehová. Gad, el profeta de Jehová, fue enviado a David, quien había autorizado el censo, para darle a escoger una de estas tres formas de castigo: un hambre que durara tres años, la espada de los enemigos de Israel que abatiera a Israel por tres meses o una peste durante tres días. Confiando en la misericordia de Dios más bien que en la del hombre, David escogió “[caer] en la mano de Jehová”; murieron 70.000 personas debido a la peste que les sobrevino.
4-(1 Crónicas 22:1, 2) Hacia el final de su gobernación, David se puso a preparar los materiales de construcción para el de Jtemplo. Es posible que las piedras labradas se obtuvieran de esa misma zona, puesto que la roca del subsuelo erusalén se puede cortar y cincelar con facilidad según la forma y el tamaño deseados, y cuando se expone a la intemperie, se endurece y se convierte en piedras de construcción duraderas y vistosas. Se han encontrado vestigios de una antigua cantera cerca de la actual Puerta de Damasco; de allí se han extraído grandes cantidades de piedra en el transcurso del tiempo.
5-(1 Crónicas 22:6-10.) El templo de Salomón. El rey David deseaba de todo corazón edificar una casa para Jehová donde colocar el arca del pacto, que entonces moraba “en medio de telas de tienda”. A Jehová le agradó la proposición de David, pero le dijo que debido a que había derramado mucha sangre en guerras, el privilegio de hacer ese edificio lo tendría su hijo (Salomón). Esto no quería decir que Dios no aprobaba las guerras que David había peleado a favor de Su nombre y de Su pueblo, pero el templo tenía que ser edificado en paz y por un hombre de paz.
6-(1 Crónicas 22:14.) En el tabernáculo se emplearon grandes cantidades de oro, cuyo valor actual se ha estimado en cerca de 11.269.000 dólares (E.U.A.). (Éx 25:10-40; 38:24.) No obstante, comparando la cantidad de oro que se empleó, el tabernáculo del desierto no fue más que una miniatura del glorioso templo de Salomón. David había apartado por lo menos 100.000 talentos de oro para aquel templo, que hoy equivaldría a más de 38.535.000.000 dólares (E.U.A.). Los candelabros y los utensilios del templo: tenedores, tazones, cántaros, palanganas, copas y objetos similares estaban hechos de oro y plata y algunos utensilios eran de cobre. Los querubines que estaban en el Santísimo, el altar de incienso e, incluso, todo el interior de la casa, estaban revestidos de oro.
7-(1 Crónicas 23:2-6) Se veía prueba de organización excelente en relación con el servicio que se rendía en el santuario terrestre de Jehová. Se organizaron divisiones de sacerdotes y levitas para servir a Jehová. ¿Qué hay del cristianismo? Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, no dijo a todos los que creían en él que se fuera cada cual por su camino y se concentrara solamente en una ‘relación personal con Dios’. Más bien, los discípulos se reunieron en torno a Jesús, y de entre ellos él seleccionó a 12 hombres para que sirvieran de apóstoles. Hizo la selección después de haber pasado la noche orando, de modo que la efectuó con la ayuda y la aprobación de Jehová (Lucas 6:12-16). Esto indica que había organización con apoyo divino. Además, Jesús organizó a sus seguidores de modo que formaran un bien instruido grupo de proclamadores del Reino. Por ejemplo, dio las instrucciones necesarias a los 70 discípulos a quienes envió de manera organizada. (Lucas 10:1-24.)
Las Escrituras Griegas Cristianas muestran claramente que los primeros seguidores de Jesús estaban bien organizados. No dependían solo de la lectura personal de las Escrituras. Más bien, se establecieron congregaciones, y éstas se reunían con regularidad para estudiar la Palabra de Dios. Aquellas congregaciones no eran grupos autónomos independientes, sino que trabajaban juntas en amor. Por ejemplo, las congregaciones intercambiaban saludos sinceros, y los grupos organizados de Macedonia ‘siguieron rogando que se les diera el privilegio de dar’ algo para ayudar a “los santos” necesitados de otros lugares (1 Corintios 16:19, 20; 2 Corintios 8:1-7; Colosenses 4:14-16). Sí, las congregaciones primitivas cooperaban entre sí bajo la dirección de un cuerpo gobernante compuesto de los apóstoles y otros hombres de mayor edad de Jerusalén. (Hechos 15:1–16:5.)
Los testigos de Jehová están convencidos de que las congregaciones de los seguidores de Jesús del primer siglo estaban organizadas de acuerdo con la voluntad divina. Por lo tanto, conforme a aquel modelo, hoy día entre los Testigos se nombra a superintendentes y siervos ministeriales mediante espíritu santo para que cuiden de los asuntos de la congregación. (Hechos 20:28; Filipenses 1:1.)
8-((1 Crónicas 24:4) Siendo judío, Juan sabía que los “hombres de más edad de Israel” representaban a toda la nación y hablaban por ella. (Éxo. 3:16, 18; 19:7) Ahora bien, la entera congregación de cristianos ungidos forma la “nación santa” del Israel espiritual, y los “hombres de más edad” o “ancianos” cristianos pueden simbolizar o representar a esa entera “nación.” (1 Ped. 2:9) De acuerdo con ello, los “veinticuatro ancianos” sentados en tronos representarían a todo el grupo de 144.000 individuos. El número veinticuatro le habría recordado a Juan las veinticuatro divisiones sacerdotales que arregló el rey David para servir en el templo de Jerusalén. Esto corresponde bien con el hecho de que la “nación santa” de 144.000 individuos habrá de funcionar como un “sacerdocio real.”
9-(1 Crónicas 25:1) Evidentemente aquel profetizar tenía que ver con dar alabanza y gracias a Dios mientras se acompañaban con música instrumental. Es probable que Asaf, Hemán y Jedutún hicieran esto con el sentimiento e intensidad que caracterizaba a los profetas. Además, sus expresiones, con música adaptada a ellas, comunicaban mensajes vitales a los israelitas. Ciertamente Asaf fue altamente favorecido. Sin embargo, durante cierto período de su vida llegó a estar en grave peligro espiritual. En una de sus canciones inspiradas, el Salmo 73, Asaf confiesa lo siguiente: “Mis pies casi se habían desviado, a mis pasos casi se les había hecho resbalar.”—Vers. 2.
¿Qué vio Asaf que tuvo en él un efecto de desequilibrarlo tanto? La respuesta se halla en las palabras de Salmo 73:3-9. Cuando Asaf observó la prosperidad de los inicuos, se agitó envidia en su interior. Hombres sin escrúpulos se jactaban acerca de las riquezas que habían acumulado fraudulentamente. A pesar de su desafuero, parecía que les iba muy bien. Las apariencias externas daban toda señal de que disfrutaban de paz y seguridad. De hecho, a pesar de su vil modo de vivir, ‘no tenían dolores de muerte’; hasta parecía que su vida terminaba de manera apacible, sin horribles dolores de muerte. Tenían suficiente alimento, y no había problemas particulares de salud que les impidieran disfrutar de las comidas. No tenían los ojos hundidos por falta de alimentación, sino que ‘se les saltaban de gordura.’ Desvergonzadamente, estos hombres continuaban en sus caminos inicuos. Su arrogancia o altivez les era como un ornamento, “un collar.” Tantos eran sus actos de violencia que ‘estaban cubiertos de ellos como con una prenda de vestir.’ A todo tiempo los vestía la violencia. Puesto que tenían éxito en sus proyectos injustos, ‘se excedían de las imaginaciones de su corazón.’ Esto los estimulaba a hablar de sus prácticas fraudulentas “en estilo elevado,” de manera arrogante. ‘Tenían su boca en los cielos y su lengua andaba por la tierra.’ No tenían ninguna consideración para nadie en el cielo ni en la Tierra. Dejaban sin rienda la lengua, y su boca dejaba salir lo que a su lengua le placía.
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