1- (1 Cronicas 9:26, 27) Los porteros levitas ocupaban un puesto de gran confianza, pues tenían a su cargo las llaves de los recintos sagrados del templo. Demostraron ser responsables en sus funciones al abrir las puertas todos los días. A nosotros se nos ha encomendado ayudar a las personas de nuestro territorio para que vengan a adorar a Jehová. ¿No deberíamos, pues, realizar esta comisión con la misma responsabilidad que demostraron los porteros levitas? ‘A nosotros se nos ha dado una encomienda singular y una llave especial, por decirlo así, con la cual abrir las puertas, cada mañana, a los que quieren entrar en los patios de la adoración verdadera. Guardemos bien esa encomienda y seamos confiables en el uso de esa llave’.
2- (1 Cronicas 10:13,14) El primer rey de Israel Saú demostró una vez más lo desobediente que era, pues recurrió al espiritismo en un intento de conseguir ayuda. Pero fue en vano, pues al día siguiente cayó gravemente herido en combate y terminó suicidándose. La Biblia explica así la razón de tan trágico desenlace. Su pésimo ejemplo nos enseña que obedecer a Jehová es más importante que ofrecerle cualquier sacrificio. Bien lo dijo el apóstol Juan: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3). Jamás olvidemos esta verdad fundamental: si queremos seguir siendo amigos de Dios, tenemos que obedecerle.
3-(1 Cronicas 11:11). ¿Por qué aquí se cifran los muertos en 300 y no en 800, como dice el relato paralelo de 2 Samuel 23:8? El principal de los tres hombres más valientes de David era Jasobeam, o Joseb-basébet. Los otros dos eran Eleazar y Samah (2 Samuel 23:8-11). La diferencia tal vez estribe en que los dos relatos narran proezas distintas realizadas por el mismo hombre.
3- (1 Cronicas 11:15-19).La comprensión que David tenía de los principios reflejados en la Ley y su deseo de regirse por ellos son dignos de imitar . Al analizar lo que ocurrió cuando expresó que tenía muchas ganas de “beber del agua de la cisterna de Belén”. Tres de sus hombres entraron por la fuerza en la ciudad ocupada entonces por los filisteos y volvieron con el agua. Sin embargo, “David no consintió en beberla, sino que se la derramó a Jehová”. ¿Por qué? Él mismo explicó: “¡Es inconcebible, de parte mía, en lo que respecta a mi Dios, hacer esto! ¿Es la sangre de estos hombres lo que debería beber a riesgo de sus almas?
Porque fue a riesgo de sus almas que la trajeron” Como conocía la Ley, David sabía que la sangre no debía ingerirse, sino derramarse ante Jehová. También entendía el porqué, ya que la Ley indicaba que “el alma de la carne [es decir, su vida] está en la sangre”. Pero si aquello era agua y no sangre, ¿por qué se negó a beberla? Porque comprendía el principio en que se basaba ese requisito legal: que Jehová considera sagrada la sangre. En vista de que estos tres hombres habían arriesgado su vida, David llegó a la conclusión de que beber esa agua habría sido una falta de respeto a la sangre de ellos. Por lo tanto, le resultaba inconcebible beberla. Más bien, razonó que debía derramarla en el suelo (Lev. 17:11; Deut. 12:23, 24).
David procuró que la Ley de Dios le llegara a lo más hondo de su ser. Por eso cantó: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas” (Sal. 40:8). Estudió la ley divina y meditó profundamente en ella. Como confiaba en la sabiduría de los mandatos de Jehová, no solo obedecía la letra de la Ley mosaica, sino que también actuaba en armonía con su espíritu. Al estudiar la Biblia, nos conviene meditar en lo que leemos y guardarlo en el corazón. Así podremos determinar lo que a Jehová le complace en cualquier situación que surja.
1 Cronicas 11:20, 21). ¿Qué posición ocupaba Abisai con respecto a los tres hombres poderosos de David? Aunque Abisai no era uno de los tres hombres más poderosos que tuvo David, estaba al mando de treinta guerreros y adquirió más fama que todos estos, según indica 2 Samuel 23:18, 19. Su reputación rivalizaba con la de los tres primeros porque había realizado una hazaña similar a la de Jasobeam.
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