1 Samuel 10 a 13
1-(1 Samuel 10:6,). Esto significa que el espíritu de Dios entró en operación sobre él. "Y ciertamente les daré un solo corazón, y un nuevo espíritu pondré dentro de ellos; y ciertamente removeré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne," (Ezequiel 11:19) "Pero que deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente" (Efesios 4:23)
2-(1 Samuel 10: 8). Debemos prestar atención a las instrucciones. Saúl no podia adelantarse, debía obedecer el mandato de Jehová dado por medio de Samuel de esperar.
3-(1 Samuel 10:13-16). Y del asunto de la gobernación real acerca del cual Samuel había hablado, no le informó. Debemos ser cautelosos y hablar unicamente al tiempo apropiado. (Salmo 141:3) Pon guardia, sí, oh Jehová, para mi boca; pon vigilancia, sí, sobre la puerta de mis labios.
(Pr 10:19) En la abundancia de palabras no deja de haber transgresión, pero el que tiene refrenados sus labios está actuando discretamente. (Pr 13:3) El que vigila su boca está guardando su alma. El que abre con anchura sus labios... tendrá ruina. (Pr 21:23) El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de las angustias. (Pr 27:2) Alábete un extraño, y no tu propia boca; hágalo un extranjero, y no tus propios labios. (Je 9:23) Esto es lo que ha dicho Jehová: "No se gloríe el sabio a causa de su sabiduría, y no se gloríe el poderoso a causa de su poderío. No se gloríe el rico a causa de sus riquezas".
4-(1 Samuel 11:1, 2.) El dominio de los jueces terminó con la coronación de Saúl, el primer rey. Apenas estrenada la monarquía, se volvió a manifestar la hostilidad ammonita. El rey Nahás que gobernaba sobre los ammonitas cuando Saúl inició su reinado, atacó por sorpresa la ciudad israelita de Jabés-galaad. Cuando sus habitantes imploraron un acuerdo de paz, Nahás estipuló unos requisitos descabellados: "Con ... la condición de perforar y sacarles todo ojo derecho". Pero el verdadero propósito del inhumano ultimátum era humillar a estos israelitas para escarmiento general. Según el historiador Flavio Josefo, esta era una medida de carácter defensivo, "porque de ese modo al quedar tapado el ojo izquierdo por el escudo se volvían inútiles para la guerra".
5-(1Sa 11:7.) Pavor se traduce como algo que hace temblar. (Comp con Miq 7:17.) La expresión "pavor durante las noches" alude a cualquier cosa que pudiera causar pavor o temor intenso durante la noche, como el ser asaltado por sorpresa o ser atacado por animales feroces. (Can 3:8.) Por eso, cuando el rey Saúl hizo un enérgico llamamiento a los israelitas para que fuesen a defender la ciudad de Jabés-galaad, se llenaron del "pavor de Jehová" y respondieron "como un solo hombre".
Jehová es el Protector y Sustentador de su pueblo. Por consiguiente, no hay razón para sentir pavor de los hombres ni ceder a sus exigencias impropias por temor de lo que puedan hacernos. (Sl 27, 78, 91, Isa 12) Esto no significa que los siervos de Jehová no vayan a sufrir nunca en este sistema de cosas. Hay ocasiones en que se encuentran en circunstancias lastimosas o desventajosas. Como las personas carentes de fe no disciernen que aun entonces continúan siendo objeto del cuidado de Jehová, puede que los abandonen debido al pavor a fin de no compartir un destino que parece trágico. (Sl 31:11.) No obstante, Jehová no los desamparará. (Sl 27:10; 94:14.)
Las manifestaciones del poder incomparable de Jehová, de su apoyo o de su favor pueden hacer que los observadores sientan pavorUna manifestación de un valor y una fuerza inspirados por Dios también puede producir un pavor saludable y una respuesta obediente. Debido a que Jehová había predicho la caída de Babilonia por medio de Ciro, los israelitas no debían tener pavor de aquel suceso que trastornaría al mundo, porque para ellos supondría la liberación del pavor de la cólera de Babilonia. Los fabricantes de ídolos, sin embargo, sí que iban a sentir pavor, pues todas las deidades hechas por manos humanas demostrarían que no eran de ninguna ayuda para salvar a Babilonia. (Isa 44:8-11, 24-28; 51:12, 13.)
6-(1 Samuel 11:6, 11.) Aqui vemos de nuevo los ammonitas respondiendo a la bondad de Jehová con hostilidad. Jehová no pasó por alto la sádica amenaza. "El espíritu de Dios entró en operación sobre Saúl cuando él oyó estas palabras [de Nahás], y se le enardeció mucho la cólera." Guiado por el espíritu de Dios, Saúl reunió un ejército de 330.000 combatientes que infligió a los ammonitas una derrota tan aplastante que "no quedaron dos juntos de entre ellos".
El egoísmo de los ammonitas, pendientes tan solo de sus propios intereses, así como su crueldad y avaricia, acabó precipitándolos en la ruina definitiva. Según había predicho Sofonías, profeta de Jehová, llegaron a ser "como Gomorra, [...] un yermo desolado, aun hasta tiempo indefinido [...], porque vituperaron y siguieron dándose grandes ínfulas contra el pueblo de Jehová de los ejércitos". (Sofonías 2:9, 10.)
Los dirigentes del mundo actual harían bien en tomar en consideración lo que le ocurrió a Ammón. En el caso de las naciones, Dios les ha demostrado cierto grado de bondad al permitirles vivir en el escabel de sus pies, la Tierra. Pero en vez de cuidar del planeta, las naciones, con su egoísmo, lo están arruinando, e incluso han llegado a colocarlo al borde de la destrucción atómica. En lugar de mostrar bondad a los adoradores que Jehová tiene en la Tierra, con frecuencia los tratan con hostilidad y los persiguen implacablemente. El caso de los ammonitas enseña una lección: para Jehová no es algo baladí que se pague con hostilidad la bondad que él muestra. Como en la antigüedad, al debido tiempo tomará las medidas oportunas. (Compárese con Salmo 2:6-12.)
7- (1 Sam. 12:20, 23) Teniendo como motivo el amor cristiano, los ancianos de hoy día pueden visitar a sus compañeros de creencia en sus casas. Esto no se hace para ‘vigilarlos,’ sino para ofrecer ayuda y estímulo espirituales. Además, los superintendentes hacen bien en mencionar a sus hermanos y hermanas cristianos en oración. También, el apóstol Pablo dio un ejemplo excelente a los superintendentes al orar a favor de compañeros en la adoración de Jehová.—1 Tes. 1:1, 2; 2 Tim. 1:1-4; File. 4.
8-(1 Sam. 12:22 - 25) La teocracia típica continuó subsistiendo victoriosamente a pesar de los esfuerzos repetidos que hicieron gobiernos idólatras de alrededor por destruirla. Continuó hasta después de la instalación de reyes humanos visibles sobre la nación de Israel en el año 1117 a. de la E.C. ¿Cómo se explica eso? Porque el rey humano simplemente actuaba como el representante visible del verdadero Gobernante, el Teócrata celestial. Él no abandonó Su gobernación correcta y legítima debido a la acción democrática del pueblo. No se celebró ninguna elección democrática, sino que Dios obró dentro de su derecho y nombró al rey visible sobre la nación que una vez él había redimido como su propia herencia.
Si tomamos en serio nuestra responsabilidad ante Dios y verdaderamente andamos en el nombre de Jehová de manera digna, él estará con nosotros como nuestro amigo. Es cosa segura que, si continuamos adquiriendo y aplicando el conocimiento de su Palabra inspirada, Jehová no nos abandonará. Como Testigos de él, hemos declarado que vamos a ‘andar en el nombre de Jehová nuestro Dios.’ (Miq. 4:5) Cumplamos con tal decisión. Al hacer eso, tendremos la maravillosa expectativa de andar de manera digna de Jehová por toda la eternidad.
9-(1 Sam. 13:3, 14) La impaciencia de Saúl, que resultó en un acto pecaminoso, fue una de las razones principales por las cuales Jehová quitó la gobernación real de su línea de descendencia. No toda forma de impaciencia está arraigada en el orgullo. Por ejemplo, pudiera suceder que una familia tuviera una cita para comer a una hora específica en el hogar de unos amigos. El padre y la madre quizás estuvieran listos para salir con bastante tiempo para llegar allí sin apresurarse. Sin embargo, la hija, por no estar entusiasmada en cuanto a ir, o por alguna otra razón, quizás se haya demorado en cuanto a hacer los preparativos necesarios para salir. Por lo tanto, los padres quizás la insten a prepararse más rápidamente para no llegar tarde. Ninguna impaciencia que reflejaran en su tono de voz pudiera atribuirse a orgullo. Lo que pudiera ser es que les hubiera agitado el que su hija no mostrara consideración, y les preocupara el efecto perturbador que podría tener en sus anfitriones el que ellos llegaran tarde. Esto también ilustra la importancia de evitar situaciones que pudieran suministrar razones válidas para que otros se impacientaran con nosotros. Aquí, también, aplica el principio: "Así como quieren que los hombres les hagan a ustedes, hagan de igual manera a ellos."—Luc. 6:31.
De modo que, aunque pudiera haber razón justa para impacientarse a veces, es preciso que reconozcamos la gravedad de la impaciencia que brota del orgullo o que puede hacer que obremos con imprudencia. El caso del rey Saúl ilustra bien el peligro de permitir que la impaciencia nos venza. Después que Jonatán el hijo de Saúl derribó la guarnición de los filisteos en Gueba, los filisteos, en represalia, reunieron una fuerza poderosa y acamparon en Micmas. En el ínterin Saúl estaba en Guilgal en el valle del Jordán, esperando al profeta Samuel. Cuando el profeta no llegó a la hora esperada, Saúl se impacientó. Temió que los filisteos vinieran contra él antes de poder asegurarse la ayuda de Jehová por medio de ofrecer un sacrificio quemado. También, tomando en cuenta el hecho de que sus hombres estaban desertando de él, se preocupó en cuanto a toda demora adicional que pudiera resultar en que perdiera todo el ejército. Cediendo a la impaciencia, Saúl presuntuosamente prosiguió con el sacrificio, no prestando atención al mandato de Jehová, dado por medio de Samuel, de esperar. Poco después llegó Samue, aquel único acto imprudente tuvo consecuencias graves. De modo que nunca debemos dar menos de la debida importancia a la dificultad que puede acarrearnos la impaciencia indebida.
10-(1 Sam. 13:12-14) Es digno de notarse que, cuando el rey Saúl 'se apresuró' a ofrecer el sacrificio quemado, Samuel no lo acusó de asumir incorrectamente el cargo sacerdotal. Simplemente le dijo a Saúl: "Has obrado tontamente. No has guardado el mandamiento de Jehová tu Dios que él te mandó, porque, si lo hubieses guardado, Jehová hubiera hecho firme tu reino sobre Israel hasta tiempo indefinido. Y ahora tu reino no durará. Entonces, ¿por haber violado qué mandato censuró Samuel a Saúl? ¿Y qué principio orientador podemos aprender de esto? El pecado no envolvió un intento de apoderarse del cargo sacerdotal, pues Samuel no era sacerdote aarónico. Aunque este mandato haya tenido que ver con otra ocasión, sería paralelo de algún modo con el que violó Saúl. Sea cual haya sido el caso, Samuel era el representante de Jehová y, por lo tanto, el mandato violado era el mandato de Jehová y no podía tratarse con impunidad. El pecado de Saúl difirió del de Uzías,un rey posterior, a quien se le dijo: "No es negocio tuyo, oh Uzías, quemar incienso a Jehová, sino que es negocio de los sacerdotes los hijos de Aarón."
El pecado de Saúl ilustra que es una cosa muy seria el que un individuo haga caso omiso del arreglo de cosas de Dios. Samuel no se había hecho profeta él mismo. Fue Jehová Dios quien, por medio de su espíritu, lo llamó para serlo de modo que todo Israel "llegó a darse cuenta de que Samuel era persona acreditada para el puesto de profeta." (1 Sam. 3:19, 20) De modo similar, los que sirven de superintendentes y pastores en la congregación cristiana reciben su nombramiento por espíritu santo. (Hech. 20:28) Por supuesto, ellos no hablan por inspiración divina como Samuel. Sin embargo, no debemos ser presuntuosos y tratar de asumir la responsabilidad y deberes de los que han sido asignados a ellos, quizás por creer que no están manejando correctamente las cosas o son demasiado lentos. La persona que deliberadamente emprendiera una acción de este tipo se acarrearía dificultad, igual que el rey Saúl, y perjudicaría sus relaciones con Jehová Dios.
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