lunes, 9 de febrero de 2015
Jueces 11 a 14
1- (Jueces 11:34, 35).¿De verdad piensa Jefté sacrificar a su hija? De ninguna manera. A él no se le ocurriría una cosa así, pues sabe que Jehová detesta los sacrificios humanos, una de las crueles prácticas de los cananeos (Levítico 18:21; Deuteronomio 12:31). No solo actuó el espíritu santo sobre Jefté cuando este hizo su voto, sino que Jehová bendijo también todos sus esfuerzos. Las Escrituras elogian a Jefté por su fe y por el papel que desempeñó en relación con el propósito divino (1 Samuel 12:11; Hebreos 11:32-34). Por ello, un sacrificio humano —es decir, un asesinato— estaría completamente fuera de lugar.
2- (Jueces 11:36-39).Tanto la hija de Jefté como posteriormente el joven Samuel cooperaron en el cumplimiento de los votos que habían hecho sus padres temerosos de Dios (1 Samuel 1:11). La hija de Jefté era una leal sierva de Jehová y estaba tan convencida como su padre de que se debía cumplir el voto. Era un gran sacrificio, pues significaba que ella nunca se casaría. Lloraría su virginidad porque todo israelita deseaba tener hijos para conservar el nombre y la herencia familiar. Para Jefté, cumplir su voto significaba perder la compañía de su amada hija única.
3- (Jueces 11:40). Esta fiel doncella no desperdició su vida. Servir todos los días en la casa de Jehová fue una manera excelente, satisfactoria y encomiable de honrar a Dios. Por ello, "de año en año las hijas de Israel iban a dar encomio a la hija de Jefté el galaadita". Y sin duda, su padre se alegraba de que ella prestara dicho servicio.
Muchos siervos de Dios de la actualidad han decidido emplear su vida en el servicio de tiempo completo como precursores, misioneros, ministros viajantes o miembros de familias Betel. Esto quizás signifique no ver a sus seres queridos con tanta frecuencia como desearían. No obstante, tanto a ellos como a sus familias tal servicio sagrado les causa gran felicidad (Salmo 110:3; Hebreos 13:15, 16).
Los que temen a Jehová son como él: dignos de confianza. Jehová cumplió todas las promesas que le hizo al antiguo Israel (1 Rey. 8:56). De las promesas que nosotros pudiéramos hacer, la dedicación a Dios es la más importante, y para cumplir con ella debemos orar con frecuencia. Imitemos al salmista David, quien oró: "ciertamente celebraré tu nombre con melodía para siempre, para [pagar] mis votos día tras día" (Sal. 61:5, 8; Ecl. 5:4-6). Si queremos ser amigos de Dios, tenemos que ser confiables (Sal. 15:1, 4).
4- ( Jueces 12:3). Aunque la vida de Jefté estuvo llena de problemas, él fue fiel a Dios. Este hombre valiente mencionó a Jehová cuando habló con los hombres de mayor edad de Galaad, con los ammonitas, con su hija y con los efraimitas, y por supuesto, cuando hizo su voto. Dios bendijo a Jefté por su devoción utilizándolos a él y a su hija para fomentar la adoración pura. En una época en que muchos abandonaron las normas divinas, él se aferró a ellas. Al igual que hizo Jefté, ¿obedecerá usted siempre a Jehová?
5- (Jueces 12:1-6). Jefté les recuerda que él los llamó, pero que ellos no le respondieron. En cualquier caso, Dios ganó la batalla. ¿Están ahora molestos porque los galaaditas no consultaron con ellos cuando seleccionaron a Jefté como comandante? En realidad, la objeción de Efraín denota rebelión contra Jehová, y no queda otra alternativa que pelear con ellos. En la batalla que tiene lugar a continuación, los efraimitas son derrotados. Como no son capaces de pronunciar correctamente la palabra "Schibolet" cuando se les pone a prueba, es fácil identificar a los efraimitas fugitivos. En total, 42.000 perecen en el conflicto.
6- (Jueces 13:1-5). Los hijos de Israel se habían desviado en numerosas ocasiones de la adoración verdadera. Así que, cuando "se dieron de nuevo a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, [...] Jehová los dio en mano de los filisteos por cuarenta años".La historia de Sansón comenzó cuando el ángel de Jehová se apareció a la esposa estéril de un israelita llamado Manóah y le informó que tendría un hijo. Antes siquiera de que Sansón fuera concebido, Jehová había determinado que desempeñaría una tarea concreta. Desde el momento de su nacimiento tendría que ser nazareo, alguien separado para una clase especial de servicio sagrado.
7- (Jueces 13:24-25) A medida que Sansón crecía, "Jehová continuó bendiciéndolo".Al ir aciéndose adulto, "el espíritu de Jehová comenzó a impelerlo", es decir, incitarlo a actuar. De modo que el espíritu de Jehová fue la fuerza que impulsó su extraña petición, así como toda su carrera de juez en Israel.
8-(Jueces 14:5-7).Entonces el espíritu de Jehová entró en operación sobre él, de modo que él desgarró al león en dos." Esta asombrosa manifestación de poder tuvo lugar cuando Sansón se hallaba solo. Nadie más la presenció. ¿Fue este un modo como Jehová le aseguraba a Sansón que podría cumplir con la comisión que él le había dado como nazareo? La Biblia no lo dice, pero Sansón debió de percibir que esa extraordinaria fuerza no provenía de él, sino de Jehová. Podía contar con la ayuda divina en su futura labor. Fortalecido por el incidente con el león, Sansón "continuó bajando y se puso a hablar a la mujer; y todavía era apropiada a [sus] ojos".
9- (Jueces 14:8-19). Sansón se inspiró en esta escena para proponer una adivinanza a treinta compañeros de boda filisteos cuando se casó: "Del que come salió algo de comer, y del fuerte salió algo dulce". Si resolvían este enigma, Sansón les daría treinta prendas de vestir interiores y treinta conjuntos de vestidos. Si no, se los darían ellos a él. Los filisteos pasaron tres días intentando resolver el acertijo. Al cuarto, amenazaron a la mujer, diciéndole: "Embauca a tu esposo para que nos declare el enigma. De otro modo los quemaremos con fuego a ti y a la casa de tu padre". ¡Qué crueles! Si los filisteos trataban así a su propia gente, es fácil imaginar la opresión que sufrían los israelitas.
Aterrada, la mujer presionó a Sansón para que le dijera la respuesta. Con total falta de amor y lealtad a su esposo, comunicó enseguida la solución a sus compañeros de boda, quienes a su vez se la presentaron a Sansón. Este, que sabía cómo habían logrado dar con la respuesta, les dijo: "Si no hubieran arado con mi ternera, no habrían resuelto mi enigma". A Sansón se le acababa de presentar la oportunidad que había estado esperando. ¿Fue la sed de venganza lo que impulsó las acciones de Sansón en Asquelón? No. Se trató de un acto que Dios llevó a cabo mediante su libertador escogido. Jehová lo usó para comenzar la lucha contra los crueles opresores de su pueblo.
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