2-(Josué 21:45)
La elección acertada que hizo Josué produjo buenos resultados.
Como él mismo dijo, ninguna ‘promesa de toda la buena promesa que
Jehová había hecho a la casa de Israel falló; todo se realizó’.
Por otro lado,
analicemos la situación de los israelitas siete siglos después.
Para entonces, muchos de ellos habían adoptado costumbres paganas,
como, por ejemplo, reunirse el último día del año alrededor de una
mesa con alimentos espléndidos y vino dulce. No era una simple
reunión familiar, sino una ceremonia religiosa en honor de dos
divinidades paganas. Isaías les recordó qué opinaba Dios de tal
infidelidad: “Ustedes son los que dejan a Jehová, los que olvidan
mi santa montaña, los que arreglan una mesa para el dios de la Buena
Suerte y los que llenan vino mezclado para el dios del Destino”.
Creían que la cosecha
anual no dependía de contar con la bendición de Jehová, sino
de aplacar al “dios de la Buena Suerte” y al “dios del
Destino”. En realidad, al rebelarse a sabiendas, estaban
firmando su propia sentencia: “Yo ciertamente los destinaré a la
espada —les anunció Jehová—, y todos ustedes se encorvarán
para ser degollados; por razón de que llamé, pero no respondieron;
hablé, pero no escucharon; y siguieron haciendo lo que era malo
a mis ojos, y escogieron la cosa en que no tuve deleite”
(Isaías 65:11, 12). Por haber hecho una elección tan mala, se
acarrearon la destrucción, y los dioses del Destino y de la Buena
Suerte no pudieron hacer nada para evitarlo.
3-(Jos 22:9-12,
21-33).
Debemos tener cuidado de no juzgar mal los motivos de los demás.
El
discernimiento produce empatía.
El ejercer discernimiento también es esencial para la comunicación.
La raíz de esa palabra en el hebreo original significa “discernir
entre”, “distinguir”. Este discernimiento perspicaz examina más
que solo lo que se ve en la superficie y, por lo tanto, es similar al
entendimiento, la empatía y la compasión. (1 Pedro 3:8.)
Las tribus de Rubén,
Gad y la media tribu de Manasés, que heredaron tierras al este del
río Jordán, construyeron en ellas un enorme altar. Las otras
tribus, considerando esto un acto de apostasía, se prepararon para
castigar lo que parecía ser una violación deliberada de la ley de
Dios. (Levítico 17:8, 9.) Antes de tomar acción, enviaron una
delegación para hablar con las dos tribus y media. (Proverbios
13:10.)
La conversación reveló
que el altar no fue construido para ofrecer sacrificios, sino “debido
a solicitud ansiosa”. Al estar separadas de las otras tribus por el
río Jordán, las dos tribus y media estaban muy preocupadas en
cuanto a la posibilidad de que sus generaciones futuras fueran
cortadas de la adoración de Jehová. El altar serviría como un
constante recordatorio, “un testigo”, de que ellos también eran
el pueblo de Dios. ¡Qué cambio produjo esta explicación! Se arrojó
una luz diferente sobre lo que parecía ser un pecado desafiante. Por
ser ‘tardas para la cólera’, las demás tribus pudieron
discernir cuál era la verdadera situación, lo cual resultó en
entendimiento. (Proverbios 14:29.)
4- (Josué 23:2) Josué
fue el sucesor de Moisés como caudillo de Israel. Para cuando
contaba casi 110 años, este siervo de Dios había presenciado muchos
de los milagros que Jehová realizó a favor de los israelitas, como
cuando los liberó unos sesenta años antes en el mar Rojo. Hacia el
final de su vida reunió “a todo Israel, a sus ancianos y sus
cabezas y sus jueces y sus oficiales” para despedirse de ellos. Sus
palabras evidenciaron que no solo poseía una amplia experiencia
en la vida, sino que además dedicaba tiempo a meditar con fe.
5-(Jos. 23:6.) Génesis
es el primer libro del Pentateuco (la forma española de una palabra
griega que significa “cinco rollos” o “volumen en cinco
partes”). Evidentemente este era al principio un solo libro llamado
la Tora (Ley) o “el libro de la la ley de Moisés”, pero más
tarde fue dividido en los cinco rollos para manejarlo con mayor
facilidad.
6-(Josué 23:8) Amar
a Jehová nuestro Dios. Elegimos servir a Jehová porque lo
amamos. Puesto que hemos aprendido las lecciones amonestadoras del
tiempo de Israel, resistimos toda tentación a cometer inmoralidad y
evitamos los estilos de vida que pueden hacernos caer en la trampa
del materialismo (1 Corintios 10:11; 1 Timoteo 6:6-10). Nos
apegamos a Jehová y observamos sus normas. (Salmo 119:5, 8).
Antes de que los israelitas entraran en la Tierra Prometida, Moisés
los exhortó: “Miren, les he enseñado disposiciones reglamentarias
y decisiones judiciales, tal como Jehová mi Dios me ha mandado, para
que ustedes obren de esa manera en medio de la tierra a la cual van
para tomar posesión de ella. Y tienen que guardarlas y ponerlas
por obra, porque esto es sabiduría de parte de ustedes y
entendimiento de parte de ustedes ante los ojos de los pueblos que
oirán acerca de todas estas disposiciones reglamentarias”
(Deuteronomio 4:5, 6). Ahora es el momento de demostrarle a
Jehová nuestro amor poniendo su voluntad en primer lugar en nuestra
vida. Si así lo hacemos, no nos quepa duda de que él nos
bendecirá (Mateo 6:33).
7-(Josué 23:14 ) De
niño, cuando vivía en Egipto, Josué tuvo que haberse enterado de
que Jehová había prometido a los israelitas que tendrían su propia
tierra (Gén. 12:7; 50:24, 25; Éxo. 3:8). Ya de adulto, vio
cómo Jehová empezó a cumplir aquella promesa enviando las diez
plagas contra Egipto y obligando al obstinado faraón a dejar que
Israel se marchara. Josué estuvo entre los israelitas que cruzaron
el mar Rojo y vio cómo las aguas se tragaban al faraón y su
ejército. Durante un largo viaje por el desierto de Sinaí, un
“desierto grande e inspirador de temor”, Josué vio que Jehová
proporcionó a los israelitas todo lo necesario: ni uno solo de
ellos murió de hambre o de sed.
Está claro que Josué
confiaba en Dios sin reservas. ¿Qué le daba tanta seguridad? La
vida le había enseñado que Jehová siempre cumple sus promesas. Sin
duda, su deseo era que los israelitas también tuvieran fe en que se
cumplirían todas las promesas divinas que aún faltaban por
realizarse. La Palabra de Dios se presenta toda una serie de promesas
divinas que se cumplieron en el pasado o se están cumpliendo hoy
día. Es más, allí encontramos otras promesas que se harán
realidad en el futuro. Si dedica tiempo a estudiar la Biblia,
se convencerá de que Dios siempre cumple sus promesas y por eso es
digno de total confianza.
8-(Jos. 24:2) ¿Adoraba
ídolos Taré, el padre de Abrahán? Al principio no era
siervo de Jehová Dios. Es probable que rindiera culto al dios
luna Sin, muy popular en Ur. Según la tradición judía, tal vez
hasta fabricara ídolos. No obstante, cuando Abrahán sale de Ur
por orden divina, su padre lo acompaña a Harán (Génesis 11:31).
9-(Jos. 24:15) Josué sabía que Jehová había cumplido sus promesas. Por eso declaró: “En cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová” . ¿Y tú, joven? Cuando piensas en las promesas que el Dios verdadero ya ha cumplido y en las que cumplirá, ¿sientes el deseo de servirle, al igual que Josué?
Contemplar las obras
creativas de Jehová y reflexionar en sus maravillosas y
confiables promesas debería hacer que creciera en ti el deseo de
dedicarte a Jehová y simbolizar tu dedicación mediante el bautismo.
Este es un paso fundamental que debe dar todo el que quiere servir a
Dios, como bien mostró Jesús, nuestro Modelo. Justo antes de
iniciar su labor como el Mesías, Jesús fue a Juan el Bautista para
que lo bautizara. ¿Por qué? “He bajado del cielo para hacer,
no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado.”
(Juan 6:38.) De modo que el bautismo de Jesús simbolizó que se
presentaba para hacer la voluntad de su Padre (Mat. 3:13-17).
Veamos también el caso
de Timoteo, un cristiano joven que, con el paso de los años, recibió
de Jehová mucho trabajo y muchos privilegios. ¿Por qué decidió
Timoteo adorar al Dios verdadero? La Biblia nos dice que él
‘había aprendido y había sido persuadido a creer’ (2 Tim.
3:14). Si tú has estudiado la Palabra de Dios y has sido persuadido
a creer que sus enseñanzas son verdaderas, te encuentras en una
situación similar a la de Timoteo. Este es el momento de tomar una
decisión. ¿Por qué no hablas con tus padres sobre lo que
deseas hacer? Tanto ellos como los ancianos de la congregación te
ayudarán a entender bien los requisitos bíblicos para el bautismo.
10-(Josué 24: 24.)
Nosotros no queremos ser como los que no cumplieron. Queremos ser
como Josué y su casa, como Caleb, como los gabaonitas y como Rahab.
Sí, “NOSOTROS SERVIREMOS A JEHOVÁ”. Sirvámosle animosamente y
con plena confianza en que nada “podrá separarnos del amor de Dios
que está en Cristo Jesús nuestro Señor”. (Romanos 8:39.)
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