1-Josué 16:9 ¿Qué erán las ciudades enclavadas? Según este texto, "los hijos de Efraín tenían ciudades enclavadas o "aisladas" en medio de la herencia de los hijos de Manasés Cuando se dividió la Tierra Prometida entre las doce tribus, hubo ciudades ubicadas dentro del territorio general de una tribu que se asignaron a otra. Era una cuidad de un pueblo o tribu en particular situadas en el territorio de una tribu diferente. Un ejemplo moderno ha sido hasta hace poco el Berlín Occidental, enclavado en el territorio de Alemania oriental, como también el de la propiedad donada a las Naciones Unidas, enclavada en el corazón de la ciudad de Nueva York. Parte de la antigua ciudad de Jerusalén fue un enclave jebuseo dentro del territorio de Israel durante cuatro siglos, hasta que David por fin la conquistó.
2-(Jos. 17:13.)¿Enseña la Biblia que las personas de la raza negra hayan sido maldecidas? Esa idea se basa en un entendimiento equivocado de Génesis 9:25, donde se citan las siguientes palabras de Noé: "Maldito sea Canaán. Llegue a ser él el esclavo más bajo para sus hermanos". Lea usted cuidadosamente ese texto; no dice nada respecto al color de la piel. La maldición se debió a que el hijo de Cam, Canaán, evidentemente había cometido un acto vergonzoso, por el cual mereció que se le maldijera. Pero ¿quiénes fueron los descendientes de Canaán? No fueron gente de piel negra, sino pueblos de piel más clara que vivieron al este del mar Mediterráneo. Debido a sus prácticas depravadas, sus ritos demoníacos, su idolatría y su práctica de sacrificar a sus infantes, llegaron a estar bajo juicio divino, y Dios dio a Israel la tierra que ocupaban los cananeos (Gén. 10:15-19). No se destruyó a todos los cananeos; algunos fueron asignados a trabajos forzados, en cumplimiento de la maldición.
3-(Jos 17:14-16) El combate se libraba principalmente cuerpo a cuerpo, hombre contra hombre. Se utilizaban diversas armas: espadas, lanzas, jabalinas, flechas, piedras de honda, etc. Durante la conquista de la Tierra Prometida, Israel no cifró su confianza ni en los caballos ni en los carros, sino más bien en el poder salvador de Jehová. Posteriormente, los ejércitos de Israel empezaron a utilizar caballos y carros, al igual que los egipcios y otros pueblos.Algunos ejércitos extranjeros contaban con carros de guerra armados con hoces de hierro que salían de sus ejes. Cristo guerrea como "Rey de reyes". La Biblia revela que el resucitado Señor Jesucristo, a quien su Padre ha concedido ‘toda autoridad en el cielo y sobre la tierra’, participará en una guerra para destruir a todos los enemigos de Dios e introducirá paz eterna, como indica su título "Príncipe de Paz". (Mt 28:18; 2Te 1:7-10; Isa 9:6.)
4- (Josué 18:28) Lea cuidadosamente el relato. Hubo ocasiones en que los escritores de la Biblia informaron acerca del mismo suceso desde puntos de vista diferentes, o presentaron sus relatos de maneras diferentes. Cuando se toman en cuenta esas diferencias, se hace fácil resolver otras aparentes contradicciones.
A veces todo lo que se requiere para resolver aparentes contradicciones es leer con cuidado el relato y razonar sobre lo que se dice. Un ejemplo de esto se ve al considerar la conquista de Jerusalén por los israelitas. Se incluyó a Jerusalén en la herencia de Benjamín, pero leemos que la tribu de Benjamín no pudo conquistarla. (Josué 18:28; Jueces 1:21.) También leemos que Judá no pudo conquistar a Jerusalén... como si Jerusalén fuera parte de la herencia de Judá. Con el tiempo, Judá derrotó a Jerusalén, y la quemó con fuego. (Josué 15:63; Jueces 1:8.) Sin embargo, también hay un registro de que centenares de años después David conquistó a Jerusalén. (2 Samuel 5:5-9.)
A primera vista todo esto pudiera parecer confuso, pero en realidad no hay contradicciones. De hecho, la frontera entre la herencia de Benjamín y la de Judá se extendía a lo largo del valle de Hinón, precisamente cruzando la antigua ciudad de Jerusalén. Lo que después se llamó la Ciudad de David en realidad estaba en el territorio de Benjamín, como dice Josué 18:28. Pero es probable que la ciudad jebusea de Jerusalén se extendiera a través del valle de Hinón y así penetrara en el territorio de Judá, de modo que Judá, también, tuviera que pelear contra los habitantes cananeos de esta.
Benjamín no pudo conquistar aquella ciudad. En cierta ocasión, Judá sí conquistó a Jerusalén y la quemó. (Jueces 1:8, 9.) Pero parece que las fuerzas de Judá siguieron adelante, y algunos de los habitantes originales volvieron a tomar posesión de la ciudad. Después, formaron un foco de resistencia que ni Judá ni Benjamín pudieron remover. Así, los jebuseos permanecieron en Jerusalén hasta que David conquistó aquella ciudad centenares de años después.
Prueba de independencia. Es verdad que en la Biblia hay declaraciones que parecen contradecirse y que no se armonizan con facilidad. Pero no debemos suponer que son verdaderas contradicciones. Muchas veces se trata de que no se dan todos los detalles. La Biblia suministra suficiente conocimiento para satisfacer nuestra necesidad espiritual. Pero si nos diera todos los detalles de cada suceso mencionado, sería una enorme biblioteca de difícil manejo, en vez del libro práctico y manejable que tenemos hoy.
Con exageración justificable, el apóstol Juan escribió lo siguiente acerca del ministerio de Jesús: "Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran". (Juan 21:25.) ¡Más imposible aún sería hacer un registro detallado de la larga historia del pueblo de Dios desde los tiempos de los patriarcas hasta los días de la congregación cristiana del primer siglo!
En realidad, la Biblia es un milagro de condensación. Contiene suficiente información como para que podamos reconocer en ella más que simplemente una obra humana. Las variaciones que contiene prueban que los escritores eran en verdad testigos independientes.
5-(Josué 20:1-9; Al repartir el país, Josué separó seis ciudades de los levitas para que fueran "ciudades de refugio", tres en cada lado del Jordán. Este fue el arreglo de Jehová para proteger al homicida involuntario, quien podría huir a una de aquellas ciudades. Dicho homicida tenía que probar que tenía una conciencia limpia delante de Dios, y lo hacía por permanecer en aquella ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote. Hoy, de igual manera, por sus relaciones previas con este mundo culpable de derramamiento de sangre la "gran muchedumbre" debe buscar una buena conciencia ante Dios. La consiguen mediante confesar sus pecados, arrepentirse, volverse, dedicarse a Jehová y bautizarse en agua. Entonces deben mantenerse en esa condición. Es necesario que la "gran muchedumbre" permanezca en la "ciudad" hasta que Jesús muera figurativamente respecto a su obra de sumo sacerdote, al concluir su Reinado de Mil Años.
Nuestra resolución. Aunque Josué ya tenía unos 90 años de edad, se enfrentó con otra tarea importante... la de repartir proporcionalmente el país a las tribus de Israel. Esto no significó que la vida se les haría fácil a los israelitas. De hecho, Caleb pidió un territorio en Hebrón, donde vivían los gigantes anaquim; quería seguir dándose a desarraigar a los últimos enemigos de Jehová. Esto no indica que durante el Reinado Milenario de Cristo sobre la Tierra habrá enemigos humanos. Pero sí habrá trabajo. No debemos esperar que en el nuevo sistema de cosas tengamos un modo de vida fácil y de pereza. Después que las "otras ovejas" del Señor reciban sus asignaciones en la "nueva tierra" tendrán trabajo en abundancia en el gigantesco proyecto de embellecer la Tierra y transformarla en el Paraíso literal.
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